Kim Kardashian inmortalizó su lomazo para su perfume y para una escultura. La celebrity se hizo bañar con kilos de yeso para ser modelo del envase, que replica en miniatura su inconfundible cuerpo.
La fragancia KKW Beauty salió al mercado a 60 dólares la unidad y rápidamente generó polémica, ya que muchos señalaron el notorio parecido con otro perfume, el Classique, del diseñador francés Jean Paul Gaultier.
Tan grande fue la polémica que Kim salió a dar explicaciones. “Aunque me encanta Classique, mi inspiración no fue ese perfume si no una estatua antigua. “Quería que mi perfume fuera muy personal y moldeado con mi cuerpo. Hicimos un molde de mi figura no solo para el perfume sino también porque quería tener una escultura mía a tamaño real”, completó.
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