Dentro del infinito mundo del cine, en Italia se generó un género o subgénero cinematográfico a mediados de la década del ’60 que mantiene su influencia desde entonces, tanto en su país de origen como en el resto del mundo. Se trata del “giallo” (amarillo, en italiano), que surgió a partir de la literatura pulp italiana, publicada durante la posguerra por la editorial Mondadori, novelas baratas de tapa amarilla, de ahí su nombre.
El "giallo" mezcla tradiciones del terror, el misterio y el policial, generando una corriente cuyo estilo estuvo fuertemente atravesado por las claves culturales de la época (la corriente fashion, la segunda ola feminista, la revolución sexual, el exploitation, la psicodelia, el pop y el op-art).
Pero, ¿qué hay que saber de este estilo, que mantiene su vigencia y su encanto tantos años después? Bueno, si querés saber todo lo que importa del giallo, hay que remitirse a la “biblia” del género que publicaron los editores Natalio Pagés, Alvaro Bretal y Carlos Pagés, “Giallo. Crimen, sexualidad y estilo en el cine de género italiano”, en la editorial del Colectivo Rutemberg, responsables también de la película “Tiempo perdido”.
El libro está compuesto por el aporte de 18 autores que escribieron 24 artículos. De ahí tomamos cinco cosas que tenés que saber antes de clavarte la colección de películas.
# El primer director que casi “definió” al género fue Darío Argento, con la película “El pájaro de las plumas de cristal”, y a partir de ahí, casi todos los giallos tenían un animal en sus largos títulos. Sus películas tenían baches lógicos, motivaciones confusas y actuaciones poco convincentes, pero sus gestos desbordantes y hasta operísticos, caóticos y gratuitos, eran siempre originales y renovadores.
La película fundacional del giallo fue “La muchacha que sabía demasiado”. Allí aparecen concentradas por primera vez las claves del estilo.
El primer ícono femenino del giallo fue la actriz franco italiana Edwige Fenech.
Para abaratar costos, varias películas se filmaron en el mismo set y con los mismos decorados, para aprovechar el éxito de la película original.
El giallo cumple con la tarea de señalar los sombríos y nauseabundos meandros de las instituciones religiosas, así como el potencial de perversión y psicopatía que encierran sus milenarias prácticas represivas.
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