No es un chiste que involucre a nuestro principal vendehumo nacional, Ricardo Caruso Lombardi sino a un pequeñísimo pueblo del sur de Irlanda, Ringaskiddy, cuyos vecinos cuentan que desde que una empresa farmacéutica instaló allí una de sus fábricas de Viagra, los humos que emanan de sus chimeneas provocan que los hombres y los perros del pueblo sientan erecciones espontáneas.
Se dice que los chicos de la zona se acercan al establecimiento para llenarse los pulmones de la sustancia que -supuestamente- les llega en forma de partículas de humo. "Basta un soplo de aire y enseguida están como locos", explica una camarera de un bar del pueblo, Debbie O’Grady, a los medios locales. "Recibimos los humos del amor durante años, y gratis", asegura su mamá, Sadie O’Gradie.
Según la empresa, no hay nada de cierto en la cuestión. La farmacéutica desmiente que haya "viagra en el aire" y entiende que se trata de un "mito divertido" que se divulgó entre los habitantes de la localidad. "Nuestros procesos de fabricación siempre han sido altamente sofisticados y altamente regulados", explican. Pero, a no ser que la presencia de la fábrica funcione a modo de placebo, la cosa no pasa de ser un mito que se mantiene a pesar de las desmentidas.
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