El británico Andrew Wardle nació sin pene, una condición que afecta a uno de cada 20 millones de hombres. El problema se produce porque que la vejiga tiene un crecimiento anormal y evita la formación del miembro viril.
Después de 44 años, Wardle pudo acceder a esta operación, una de las pocas que se llevan adelante en la historia (debido a la enorme complejidad que revisten), en la que se le injertará un pene biónico para que pueda tener relaciones sexuales normales.
Cirugía
Este dispositivo, que ya fue probado con éxito en algunos pocos casos, será implantado por los cirujanos de la Universidad College de Londres, Los médicos aceptaron el desafío, que implica tres fases, una de ellas necesita de la piel del antebrazo para construir el órgano.
En el caso de Mohammad Abada, el primer hombre que se animó a esta operación, los médicos utilizaron parte importante de piel, con sus vasos sanguíneos y nervios, enrollándola como un tubo antes de hacer el injerto en el área púbica.
Según el testimonio de Abada, luego de esta operación el paciente debe estar cerca de 14 días con el pene erecto, sin opciones, algo que seguramente complica la vida cotidiana. Según afirmó a un medio británico, Andrew confía que "los médicos elegirán el largo y grosor más adecuado a mi cuerpo".
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