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SIN CATEGORíA | 20-10-2016 17:18

Los diez Diegos

En el mes de su cumpleaños y su debut en primera, en H dejamos un poco de lado sus bardos mediáticos y nos centramos en recordar al mejor jugador de nuestra historia: Diego Armando Maradona. Desde el Cebollita que soñaba con jugar un mundial, hasta el que se retiró en un Superclásico, pasando por el que nos regaló México 86 y más. A vos que lo disfrutaste o a vos que no pudiste verlo en plenitud les decimos bienvenidos al mundo de D10S.

De Cebollita soñaba jugar un mundial

Ningún astrologo, ni siquiera nuestro querido Joe Fernández tuvo una premonición tan grande como la que tuvo el que decidió ir hasta Villa Fiorito a filmar al pibe de las inferiores de Argentinos Juniors que la descocía y soñaba delante de una cámara con jugar un mundial con la selección argentina. Ese pibito al que todavía no se le marcaban tanto los rulos causa una revolución en el fútbol juvenil con los pibes del “Bicho” más conocidos como los Cebolllitas que no eran tibios subcampeones. Al contrario, por ejemplo en el 74 ganaron el Torneo Nacional Evita ante el team juvenil de San Telmo donde se desempeñaba un tal Marcelo Tinelli. Estuvieron 136 partidos invictos y hasta hicieron giras por Sudamérica, jugando partidos en Uruguay y Perú, algo totalmente novedoso para la época.

El debut que vieron todos

A Sumo en Café Einstein o a Los Redondos en Cemento un montón de gente asegura haber estado viéndolos, pero en ningún caso suman a tantos “supuestos espectadores” como el día del debut de Maradona en Argentinos Juniors.  En ese 20 de octubre de 1976 el DT Juan Carlos Montes  mandó a “Pelusa” a la cancha que enseguida comenzó a mostrar su atrevimiento tirando un caño. En el equipo de La Paternal, Diego la rompió, fue goleador y comenzó su perfil mediático. Publicidades, entrevistas y hasta su aparición en una película junto a Jorge Porcel (Te rompo el raiting). Igualmente también contestaba en la cancha. Gatti lo llamó “gordito” y Diego le respondió con 4 goles. Además en la época de Argentinos le picó el “bichito” del amor cuando conoció a Claudia Villafañe, vecina suya en La Paternal.

El rey de La Boca

A pesar que había coqueteado con River tiempo atrás y hasta que se supo que era hincha de Independiente en su juventud y fanático de Bochini, la llegada de Maradona a Boca es un momento clave en su vida.

En el año que Maradona se vistió de azul y oro no solo logró su primer título en una liga, además se instaló mucho más su figura popular y de líder. Se sumó a polémicas con rivales, hizo más y más notas y hasta se bancó una apretada de la barra brava bostera. “Estaba esperando para hablar por teléfono y  entra uno grandote, y después 'El Abuelo' y empezó a hablar. Entonces yo pregunté que 'qué era esto, si nos iban a cagar a trompadas'. Y entonces me dice 'con vos no, nene'. Y dice ‘vos sos el capitán, no quiero que te metas en contra nuestro porque los vamos a matar a todos y a vos no te vamos a hacer nada’", contó Diego años más tarde.  Pelusa había crecido.

4-Diego a la española

En la madre patria tal vez vimos al Diego que más sufrió futbolísticamente y hasta en el ámbito personal durante su carrera. "Yo no me daba cuenta cuando estaba drogado y jamás lo hizo adelante mío. Pero para mí, y esto lo digo yo, probó por primera vez en España" dijo hace algún tiempo La Claudia (si el artículo se lo agregamos porque corresponde) confirmando lo que el propio Diego confesó en su autobiografía “Yo soy el Diego de la gente”.  En Barcelona Maradona se acercó a los excesos y no solo hablamos de drogas, también se lo vió mucho por la noche catalana y hasta dentro de la cancha. En el Mundial de 1982 convirtió sus primeros goles pero también se despidió dando un patadón, algo que repitió en su club ante el Atlhetic de Bilbao. A favor de Diego en esa bataola generalizada le devolvía la gentileza a Goicochea, el jugador que lo fracturó. Este bardo le significó a Maradona conocer al Rey Juan Carlos, comenzando con sus reuniones con figuras mundiales que no pararon nunca más. Antes de cerrar este párrafo, métanse en You Tube y busquen esa pelea y el golazo que le hizo al Real Madrid. Listo Nos leemos más abajo.

5- Napolitano

El 6 de julio de 1984 Diego fue presentado oficialmente en Napoli, sin dudas, su lugar en el mundo. Casi 80 mil personas vieron la presentación de Maradona en el estadio de un club que hasta la llegada de D10S no sabía lo que era salir campeón y con el 10 ganaron 2 títulos locales, 2 copas nacionales y un trofeo internacional.  En el equipo del sur italiano Diego comenzó a sacar chapa de contestatario. En Napoli no solo se ganó a la gente a base de goles. Se embanderó por completo con todo Napoles y defendía a su gente de la discriminación de “La Italia rica”. Maradona consiguió en el equipo italiano algo que nos encanta a todos los argentinos y otorgan casi al instante la chapa de ídolo mundial: épica.  En el club de la zona pobre de Italia que nunca había ganado nada lograba llegar a la cima de la mano del argentino contestatario que llegó a superar en amor a San Jenaro, el  patrono de Nápoles. Diego ya era D10S, eso sí pero nunca fue un santo.

6- Héroe Mundial

Sin dudas Diego Armando Maradona tuvo su cumbre futbolística en México 1986. El Diegote comandó al equipo albiceleste que se metió en el mundial pidiendo permiso y trajo la gloria. Mostró todas sus caras positivas. Se bancó las patadas de los coreanos en el debut. Metió un gol desde un ángulo imposible ante Italia. Tuvo su momento culmine ante Inglaterra convirtiendo el famoso gol de la mano de dios, que el mismo bautizó, mostrando su viveza adentro de la cancha y para contestarle a los que podrían tratarlo de tramposo, tapó todas las críticas con el mejor gol de la historia de los mundiales. Ese día Diego se recibió de sinónimo de Argentina, casi nuestra bandera.

También conocimos su costado de fan recibiendo con elogios a Bochini su ídolo futbolístico después de otros dos golazos a Bélgica. En la final asistió a Burru para el 3 a 2 y se quedó con la copa. Barrilete cósmico ¿De qué planeta viniste?

7- A la Sevillana

Después del subcampeonato mundial en 1990, el mundial que jugó con el tobillo más inflamado que una número 5, a Diego le dio positivo el doping en Napoli y esto desembocó su salida del calcio. Luego de los 15 meses de suspensión, Maradona se fue al Sevilla en gran parte gracias a Carlos Bilardo quien por aquel entonces dirigía al equipo español y había declarado : “Si no viene Diego, yo agarro mi valija y me vuelvo a Buenos Aires”. En el equipo español Diego fue recibido como una verdadera estrella y su debut fue nada más y nada menos que ante el Bayern de Múnich, de su amigo Lotthar Mathaus. Para sus primeros partidos había adelgazado, recuperó su ritmo futbolístico e ilusionó a todos.  Sin embargo la relación con los españoles se fue rompiendo por sus dos debilidades. No, no hablamos de Dalma y Gianinna. Sino la noche y la selección argentina. Su viaje para disputar  la Copa Artemio Franchi de 1993 enojó a los dirigentes del club.

Para terminar y mostrando su lado de camaleón en cuanto a los amores y las opiniones se fue del club peleándose con quién lo trajo: Bilardo.

8- D10S tiene lepra

Solo fueron cinco partidos oficiales y un puñado de amistosos internacionales, pero nadie les puede quitar a los hinchas de

Newell´s el lujo de haber tenido entre sus filas a Diego Armando Maradona.  Luego del paso por el Sevilla y un frustrado regreso a Argentino Juniors, Diego recuperó su forma física y se fue para Rosario para vestir la casaca de la lepra. Debutó frente a Independiente en la Doble Visera y se llevó todos los aplausos.  En su época rojinegra se pusó otra vez la casaca de la selección y nos rescató. Nos clasificó al mundial 1994 (en el que le cortaron las piernas) en el repechaje frente a Australia.

Otra vez una pelea con un entrenador, esta vez Jorge Castelli, precipitó su salida en enero de 1994, cuatro meses después de su llegada. A días nomas de su despedida de Newell’s Diego se enfrentó con los periodistas, pero esta vez no con su lengua, sino con un rifle de aire comprimido.

9- El último beso en La Boca

Probó ser entrenador, pero Diego tenía un poco más de magia para regalarnos como jugador y decidió hacerlo en Boca. Volvió con un mechón amarillo y más picante que nunca. Invitó a Toresani a pelear con un histórica frase: “Segurola y La Habana 4310, séptimo piso. A ver si me dura 30 segundos” Se dio un par de picos con Caniggia luego de algunos goles. Convirtió su último gol de jugada ante Belgrano en la Bombonera y siguió con las idas y vueltas con dirigentes y entrenadores. En el medio de todo siguió mostrando sus mil facetas, llamando “cartonero” a Macri y siendo convocado a dar una conferencia en la Universidad de Oxford.

En 1997 dijo adiós en el torneo apertura en el que convirtió dos goles de penal y jugando su último partido ante River y siendo reemplazado por Riquelme. Su última declaración como jugador fue en el vestuario del Monumental: “Boca jugó a lo Boca y River fue River. Jugó un gran primer tiempo y en el segundo…se le cayó la bombacha”.

10- El gran DT

Después de su retiro oficial del fútbol, Diego engordo y adelgazo al menos unas 5 veces. Jugó al golf, se peleó y reconcilió con varios protagonistas, condujo la noche del 10 y finalmente en 2009 le llegó una oportunidad única: Dirigir a la selección. Diego mostró su lado más generoso, por así decirlo, y convocó todos los jugadores que pudo a la selección. Bolivia nos goleó, lo salvó “San Palermo” (como él lo bautizó) y le dijo a Toti Pasman que la tenía adentro.

Para el mundial en Sudáfrica Diego le dio una beca al “Chino” Garcé (que todavía nos debe los alfajores) según dicen porque soñó que tenía que llevarlo y obvio que nosotros elegimos creer.

Para los que pensaban que podía tener celos de Messi, nada que ver. Le dio la capitanía y lo defendió del recordado griego  Karagounis que discutía con Lionel.

Antes del partido ante Alemania por cuartos Diego dijo: “No nos comamos el chamuyo; no nos comamos el 4 a 1: Alemania supo aprovechar lo que Inglaterra le dejó hacer”. Lo que si nos comimos fue una goleada. 4 a 0 y nos volvimos. No importa Diego te amamos igual.

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