Nos gusta. Nos seduce. Nos intriga. Nos brinda una sensación diferente. Pero sabemos que puede ser un tabú y se hicieron millones de análisis (valga la redundancia). Hasta que un día te animás, y lo intentás con tu chica. No es nada extraordinario, a todos nos tentó alguna vez. Y nada tiene que ver con lo raro, ni los gustos exóticos o la homosexualidad. La realidad es otra.
Suele ser un tema bastante delicado y muchas chicas simplemente dicen "no", sin más. Como en todos los temas lo primero es entender. Y aquí van las razones más comunes de por qué a los varones nos tienta tanto el sexo anal.
Poder
Muchos varones disfrutan al sentirse poderosos, es parte de su ego. Aunque pueda sonar machista, y retrogrado, es la realidad. Por el sexo anal, los varones sentimos que controlamos la situación y al estar arriba, haciendo doler un poco, nos hace sentir poderosos. Además, las mujeres ponen su satisfacción sexual en manos del varón, ya que no pueden estimular ninguna parte adicional.
Confianza
El hecho de que te abra el acceso a una parte tan íntima e inaccesible habla de la confianza. Es un voto de confianza mayúsculo.
Novedad
El sexo vaginal tiene todas las cualidades que podemos imaginar. Pero después de un tiempo, se vuelve rutinario. Así que cuando la posibilidad de sexo anal aparece, los varones lo sentimos como una nueva aventura, como un chico con un juguete nuevo. Si tu chica da muestras de que lo disfruta, mejor. Y si además, un día, toma la iniciativa para hacerlo, te sentís en la gloria.
Le miramos la cola a todas, amamos las colas por muchos motivos.
Villa La Angostura
Esta es una de las razones principales. Las chicas suelen hacer ejercicios para contraer la vagina, pero no hay como el asterisco, donde nada ni nadie ha entrado. Los músculos están intactos y las paredes son angostas. Es una fantasía que es una maravilla, una sensación indescriptible y bien practicado, tan placentera como sexo vaginal o el sexo oral.
La experiencia puede ser placentera también para las chicas, pero requiere de paciencia y esfuerzo de ambas partes. No debe doler, hay que tomarse el tiempo necesario para lograr la relajación anal y que la penetración sea un éxito.
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