A la hora de tener sexo la correcta comunicación y expresión corporal de lo que uno siente o quiere es vital para elevar la calidad. Sin embargo el cómo son transmitidas esas sensaciones puede volverse un verdadero objeto de estudio.
Así es como los doctores Brewer y Hendrie, a cargo de la investigación publicada en School of Psychology University of Central Lancashire, establecieron que las vocalizaciones copulatorias, término académico para referirse al orgasmo, están estrechamente vinculadas a la pornografía. Según el estudio, los gemidos se han vuelto algo común no por ser un producto del sistema reflejo del aparato nervioso sino por el impacto de la pornografía en el comportamiento sexual. Más aún, dentro de la investigación, se plantea que si se comparasen cómo tenían sexo las mujeres antes de la aparición de internet con lo que sucede en estos tiempos la cantidad e intensidad de gritos serían mucho menores.
Por otro lado, una investigación realizada en 2011 en la cual se encuestó a 71 mujeres heterosexuales arrojó como resultado que ellas disfrutan más durante el juego previo que durante el acto. Además muchas de ellas admitieron que los gritos y los jadeos los suelen utilizar en el momento que el hombre eyacula manipulando el comportamiento del hombre.
Lo cierto es que dado el contexto actual, apertura mental y empoderamiento de la mujer, la ciencia todavía no ha podido determinar fehacientemente si los gemidos tienen una razón social, la libertad para expresarse como quieran, o corresponden a un fenómeno anatómico.
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