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H FILES | 22-06-2016 22:46

El cielo puede esperar

Ya lo supo cantar Ciro Pertusi y los Attaque 77, “El cielo puede esperar”, para Rodolfo Goya también.  Este doctor en bioquímica, trabaja en la facultad de medicina de La Plata y es investigador del Conicet, y su particularidad no es solamente su “amor a la vida” como él dice, principalmente cuando muera, su cuerpo será criopreservado a menos de 190 grados bajo cero en un instituto de Detroit. Rodolfo está acostumbrado a enfrentar a las preguntas sobre el tema  y hasta casi lo disfruta. Apenás llegamos con el fotógrafo a su laboratorio en la facultad de medicina en la ciudad de las diagonales, nos conduce a una sala más vacía y silenciosa para charlar pero previamente nos muestra algunos elementos que según él: “Les pueden servir para las fotos”.

“El anhelo del Hombre de lograr la inmortalidad y eterna juventud es universal e inmemorial. Desde el comienzo de los tiempos se quiso. En nuestra naturaleza siempre buscamos vencer a la muerte o al menos intentarlo. Antes se buscó lograrlo a través de las religiones, ahora la tecnología está ofreciendo más opciones” afirma Goya.

Básicamente cuando Rodolfo deje de vivir, un grupo de crionicistas le inyectará una solución criopreservadora a través de la arteria carótida que reemplazará su sangre por un compuesto que evita que se forme hielo con cristales puntiagudos que rompen las células. Esas sustancias  vitrifican los fluidos y las células no se dañan. Más tarde lo transportarán en un cajón con doble pared, cubierto por hielo seco (al mejor estilo del kilo de helado) y trasladado hasta el Instituto de Criónica ubicado en la ciudad de Detroit, al que Goya le pagó 30 mil dólares. Una vez en el lugar, sumergirán su cuerpo en un termo gigante de nitrógeno líquido, junto a otras 5 personas donde permanecerá congelado hasta que la tecnología en algún momento permita que lo resuciten. Goya estará cabeza abajo, para preservar aún más su cerebro. “En nuestra cabeza, en nuestros procesos mentales estamos, nosotros, nuestra esencia, entonces al estar de esa forma  ante algún desperfecto técnico, lo último en descongelarse será el cerebro” explica Rodolfo.

Para los que no bien cerca del instituto donde sus cuerpos esperaran los avances de la tecnología, necesitan si o si de un grupo de autoayuda que inicien el proceso para el traslado. Si, otros futuros criopreservados deben ser quienes le inyecten la solución vitrificadora, por ejemplo. “En argentina somos un grupo reducido de menos de 10 personas (NdR: Rodolfo es el único que ya tiene firmado el contrato con el instituto)  y tenemos la suerte de contar con un médico entre ellos. Un integrante de este grupo sufrió un cáncer y le pronosticaron pocos meses de vida. Iniciamos el proceso para estar listos con su traslado peor no llegamos, falleció antes. Habíamos avanzado mucho, hasta teníamos listo el cajón especial. Nos golpeó mucho su perdida”, comenta Goya.

“En Latinoamérica somos el grupo más preparado, peor por ejemplo en Inglaterra hasta cuentan con una ambulancia antigua que acondicionaron para iniciar el proceso”.

¿Quién sos?

Rofolfo Goya además de ser bioquímico e investigador del Conicet, trabaja en la facultad de medicina de La Plata donde dirige un grupo de investigación que trabaja sobre el envejecimiento cerebral. “El paso del tiempo es un tema que siempre me cautivó, desde que era muy joven, porque me preocupaba la muerte de mis seres queridos. A los 18 años no pensaba en mi vejez ni en mi muerte ni en la de mis padres, si en la de mis abuelos, por eso decidí dedicar mi vida a tratar de vencer al envejecimiento. Siempre supe que le quería dedicar mi vida  algo que realmente me importara. Así fue como estudié Bioquímica porque pensé que era la carrera que me iba a brindar las herramientas científicas para encarar el tema del envejecimiento”, cuanta Goya. Aunque el motor de sus estudios fue la preocupación por la muerte de sus familiares, ninguno de su entorno acompañará a Rodolfo en uno de los termos llenos de nitrógeno. Goya no tiene hijos pero si esposa que terminará su vida como la mayoría del mundo, convertida en cenizas o en un cementerio. “Mi entorno familiar y de colegas, solo me consulta más por curiosidad que otra cosa. Si bien apoyan mi decisión, no serán criopreservados conmigo. Ocasionalmente tengo charlas en broma con una sobrina de 15 años que vive en España  a la que le digo que si tal vez me descongelan en un futuro no tendré casa e iré a vivir a la suya”.

De visita

Con respecto a los familiares, también hay lugar para los deudos del paciente (como lo llaman en los institutos), “Personas del entorno de la persona criopreservada se acercan y le dejan flores a la persona como si fuera un cementerio. No es que hay grandes coronas pero en la oportunidad que visité el sector donde están los termos  vi que hay una parte para que los familiares dejen flores o algo. Al fin y al cabo ahí están sus seres queridos. En un comienzo, cuando el estado tenía que catalogarlos de algún modo por temas de impuestos se los denominaba cementerio” cuenta Goya.

Los egipcios le preparaban todo a los faraones no solo momificándolos para preservar su cuerpo, además les rodeaban el sarcófago con sus posesiones terrenales para que las puedan tener en la vida eterna. En el instituto donde será congelado Goya, no hay espacio como en un sarcófago pero está la posibilidad: “En este lugar hay una especie de locker o cajoncito donde cada apaciente puede guardar algunas posesiones que quiera. Papeles, documentos o lo que sea. Yo creo que si me llevaría algo serían algunas fotos nada más. No creo que en un futuro necesite dinero o algo por el estilo”.

¿Se puede?

La pregunta que nos ronda todo el tiempo que hablamos con Goya es una  ¿Es posible? Rodolfo nos da una explicación que casi nos convence: “La tecnología hoy no cuenta con las posibilidades de congelar una persona y revivirla al descongelarla, sin embargo no hay ninguna regla científica ni de la naturaleza que pueda explicar que es imposible seguir avanzando. Por ejemplo en la actualidad se puede criopreservar una vida. Se pueden congelar pequeños embriones que hoy es gente que camina por la calle. La fertilización asistida hoy es un hecho. También se puede realizar lo mismo con una pequeña biopsia del tejido ovárico y se lo criopreserva, por ejemplo durante el tratamiento de un cáncer y se le reimplanta en el momento que termino su tratamiento, para que la mujer no pierda la posibilidad de ser madre”. Rodolfo nos sigue dando motivos para al menos pensar en que puede ser posible  la criopreservación: “Se pudo reconstruido el genoma del hombre del neandertal, de huesos que se han encontrado. Hace un tiempo se pensaba que eso era imposible. Hoy las maquinas son tan inteligentes que pueden conseguir cosas que tiempo atrás no había chances. Es más lo de Jurasic Park no es posible hoy, pero no es algo tan descabellado. Hasta se piensan cosas similares para preservar animales en extinción. El tema con esto es que por más logren clonar a una persona, no sería lo mismo, ya que en nuestro cerebro están nuestras vivencias y personalidad y sin él, no seriamos nosotros”.

Elijo creer

A pesar de ser el país que cuenta con la mayor gente criopreservada, Estados Unidos pone bastantes palos en la rueda a los institutos. “El estado no destina ningún tipo de apoyo para las investigaciones, no apoyan la criogenia. Es más, hasta es mal visto en el ámbito científico en Estados Unidos”. Explica Goya

“Actualmente sé que la tecnología no puede ofrecerme una vida eterna o al menos más prolongada, debido a mi profesión estudie el envejecimiento cerebral y lo sé, pero los avances de las últimas décadas me hacen pensar que en un futuro si se podrá. No soy una persona religiosa, soy de las personas que creo que si uno muere ahí se termina todo. Por eso apuesto a la criogenia. Si mi vida termina mañana tengo tres opciones, o ser cremado, o ser sepultado o esta. Si me convierto en cenizas o voy bajo tierra mis chances de volver  a la vida son 0, congelándome mis chances son más que 0”, afirma Goya. Además Rodolfo sabe que la fundación a la que le confió su criopreservación puede llegar a cerrar antes que la tecnología avance o un terremoto, el comienzo de una guerra  u otro factor puede afectar sus deseos, sin embargo, él como en los X-Files, “Quiere creer”.

Una frase dice que “La muerta esta tan segura de vencer que nos da toda una vida de ventaja”, ahora habría que avisarle a la parca, que desde acá estamos haciendo todo lo posible por ganarle el partido.

Yo no sé mañana

Rodolfo tiene todo bastante claro. Sabe que no desea que su vida termine en este siglo. La criopreservación le da la posibilidad de aferrarse a continuar viviendo. Pero ¿Qué espera del mañana? “Realmente creo que cualquier cosa que imagine no estará ni cerca de lo que me puedo llegar a encontrar. Por ejemplo, una persona tan inteligente y preparada como Leonardo Da Vinci, pudo imaginar algunos inventos de nuestra era, sin embargo no estuvo ni cerca de todo lo que tenemos hoy en día. Es muy difícil  pensar hasta donde se puede avanzar. Tampoco sé si buscare a mis descendientes, solo sé que lo primero que voy a preguntar es en qué año estamos. Además si lo que veo en ese futuro no es de mi agrado o no me puedo adaptar, todavía sigo teniendo la posibilidad de eliminarme ”

Por Lautaro Androszczuk

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