Indiscutiblemente el sexo puede ser catalogado como una de las actividades más placenteras. Sin embargo, la ciencia se ha ocupado de buscar una técnica que, sin lugar a dudas, mejora la experiencia a la hora de experimentar orgasmos.
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función esencial es sostener los órganos; vejiga, uretra, útero, vagina y recto; en la posición adecuada. Pero, entrenado de manera adecuada puede generar mayor placer a la hora del encuentro sexual. Ocurre que cuando una persona, tanto hombre como mujer, experimentan un orgasmo, todos los músculos de la zona se contraen. Si la capacidad de contracción es estimulada y entrenada, mayor será el placer. Aquí es donde los renombrados ejercicios de Kegel tienen su rol protagónico.
Si bien, salieron a la luz en 1948 como solución para que las mujeres después del parto no sufrieran incontinencia urinaria, se ha demostrado que, bien practicados, pueden aumentar el placer sexual. Para poder identificar de qué músculos se trata, lo primero que se debe hacer es intentar cortar el pis mientras se orina. Este ejercicio ayuda a reconocer de qué músculos se trata. Una vez identificados, el ejercicio no demanda mucho esfuerzo físico. Se deben contraer los músculos por períodos no mayores de cinco segundos. Para poder lograr resultados evidentes hay que repetir esta contracción 15 veces para terminar una serie, y practicar 3 series al día.
En las mujeres, este fortalecimiento del suelo pélvico genera que las paredes de la vagina se encuentren más tensas, permitiendo experimentar mayo placer. Además, dado el entrenamiento realizado, tener la capacidad de controlar las paredes de la vagina a voluntad también ayuda a que el hombre sienta mayor placer. Tensar y relajar estos músculos permiten que el miembro viril experimente distintos tipos de presión en toda su extensión.
Por otro lado, este tipo de ejercicios también tiene impacto positivo en los hombres. Entrenar esta zona muscular permite un mayor control del reflejo eyaculatorio. Dicho en otras palabras, fortalecer el suelo pélvico le permite a los hombres poder tener mayor control a la hora de eyacular.
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